12 Sep, 2021 | cbd_user | No Comments
¿Por qué satanizaron al canabis?
Es un hecho, el canabis tiene una dudosa reputación, tus padres lo odian, la tele lo censura, su olor en las calles está estrechamente relacionado con delincuencia, miseria y locura. Mencionarlo sigue siendo un tabú y un tema profundamente delicado, ¿en qué momento convertimos al canabis en «la mata que mata?»
Te contamos que el canabis no fue un descubrimiento de jóvenes hippies en los años sesenta, claro que no, esto va mucho más atrás y en las civilizaciones asiáticas ya era utilizado medicinalmente, también se hacía papel de cáñamo (la fibra de canabis es mucho más rentable y genera menos contaminación), fabricaban telas, entre otras aplicaciones. Entonces ¿Qué sentido tiene prohibir una planta que trae beneficios tan evidentes para la humanidad?
Cómo ya ha pasado en multitud de ocasiones los intereses de unos pocos rigen el destino de muchos, el poder y el dinero marcan el camino que se debe seguir y los más poderosos acomodan las leyes a su antojo para multiplicar sus fortunas, ¿te sorprende? No lo creo, eso no es nuevo. Cuenta la historia que en Estados Unidos, por allá en los años veinte, el señor William Hearst, un gran magnate de la industria maderera y dueño de periódicos, radios y una agencia de noticias se vió afectado cuando Pancho Villa (Líder de la revolución mexicana) le arrebató grandes extensiones de tierra, a esto sumemos el desarrollo de patentes de fibras sintéticas derivadas del petróleo para fabricación de textiles, sin mencionar que la mayor competencia del petróleo (gran fuente de ingreso para los norteamericanos) era un combustible a base de canabis y para ponerle la cereza al pastel, adivina: ¿De qué planta sacaban el papel que competía con el papel extraído de la madera del señor Hearst?, en pocas palabras, a los «gringos» se les iba a zafar un tornillo con esa competencia.
Para ese tiempo la economía en el norte del continente no marchaba muy bien y muchas industrias se vieron obligadas a contratar mano de obra barata de los mexicanos que eran vistos como vagos o maleantes que regalaban su trabajo, ellos fumaban canabis como parte de sus costumbres como también lo hacían los negros y artistas de Jazz y swing. Cómo ves todo se juntó generando el perfecto caldo de cultivo para hacerle mala fama al canabis, los argumentos principales se orientaron hacia los efectos psicoactivos y ni corto ni perezoso el señor Hearst, aprovechando sus medios de comunicación difundía noticias que alertaban sobre el uso de esta planta, alegando que fomentaba conductas violentas y criminales en negros, mexicanos y demás marginados. Además de eso los periódicos y radios anunciaban que el canabis potenciaba las conductas sexuales degradantes y no teniendo suficiente se empezaron a proyectar películas en los cines dónde después de consumir el canabis los actores se convertían en auténticos monstruos dignos de un puesto en cualquier saga de terror actual.
La industria farmacéutica no calló y al ver que las personas poseedoras de sus propios cultivos no compraban sus productos, testificó en contra del canabis al igual que la iglesia (que no podía dejar de lado sus costumbres conservadoras). Todo esto desembocó en la creación del FBN (Federal Boureau of Narcotics, lo que en español sería: Oficina Federal de Narcóticos) cuya finalidad era poner al canabis en la misma categoría del opio para erradicarlo. Este impulso con tintes racistas y amarillistas logró que se aprobara una ley anti canabis en 1937, ley que a pesar de la oposición de la asociación de medicina americana se fortaleció y llegó para quedarse. No olvidemos que el uso recreativo de esta planta hacía fuerte competencia con el alcohol y su basta industria, mucho más en el marco de la ley seca.
Con el paso del tiempo y en el marco de la guerra fría, los estadounidenses vieron como crecían los movimientos alternativos anti guerra en los años sesenta y qué mejor manera de contrarrestarlos que con otra mentira: «El cannabis es un arma comunista que impide a los jóvenes luchar por su país», esto generó semejante presión a la ONU consiguiendo que todos los países miembros ilegalizaran el canabis.
Así es mi querido lector, la estigmatización del canabis es el resultado de intereses políticos y económicos, por fortuna cada vez son más las personas que abren los ojos frente a este tema y reconocen los beneficios que esta planta puede traer para sus vidas más allá de su uso recreacional.
Escribir reseñas
Deja un comentario
Sin comentarios y reseñas